Dreeah Austin dio a luz a una niña sana a principios de julio. Dos semanas después, Austin, una mujer afroamericana de 30 años, murió, probablemente víctima de un coágulo de sangre que quedó atrapado en sus pulmones.
Al igual que 9 de cada 10 mujeres que mueren por una causa relacionada con el embarazo en Nueva Jersey, Austin no tenía por qué morir, según varios expertos perinatales. Austin estaba sana, afirmó su prometido Saladeen Merritt, y después de dar a luz a su hijo, tomó medicamentos a diario para reducir el riesgo que representaba el coágulo.
Ahora Austin pasó a integrar una de las aproximadamente dos docenas de mujeres que morirán este año al quedar atrapadas en un vacío en el sistema de salud maternal de Nueva Jersey. Merritt, un padre primerizo, enfrenta el futuro solo con su bebé Sevyn. "Me quitaron todo", dijo Merritt a NJ Spotlight News. "No sé cómo debo explicarle todo esto a nuestra hija".
Nastassia Harris, enfermera y directora fundadora de la Perinatal Health Equity Initiative (Iniciativa de Equidad en la Salud Perinatal), en East Orange, indicó que la historia de Austin es demasiado común. Las mujeres negras en Nueva Jersey tienen casi siete veces más probabilidades de morir por una muerte relacionada con el embarazo, y las mujeres hispanas 3.5 veces más probabilidades, en comparación con las madres blancas, según muestra un análisis de datos estatales.
"Así es como se ve la probabilidad siete veces mayor", dijo Harris, quien está dando a conocer la historia de Austin y colectando apoyo para su familia. Su organización dirigió una vigilia por Austin en las escaleras de la Alcaldía de Newark a principios de este mes para destacar estas disparidades raciales y la necesidad de un cambio.
"Necesitamos que la gente tome conciencia de que no hemos resuelto el problema", explicó Harris. "Puedo ver de primera mano desde la comunidad cómo esto sigue sucediendo".
"Ahora mi mujer es solo otro nombre en la lista"
En la vigilia del 10 de octubre, Merritt relató que Austin era más que una pareja y amante, también era su mejor amiga y el lado opuesto divertida y extrovertida de su yo tranquilo y apacible. "Dreeah era una mujer fenomenal, era una compañera fenomenal, una de mis mejores amigas", dijo a una pequeña multitud de familiares, amigos y defensores del parto abrigados contra el viento. "Sobre todo, era una gran madre y una gran mujer".
"Ahora mi mujer es solo otro nombre en la lista que seguirá y seguirá y seguirá creciendo, si no hacemos algo", afirmó Merritt.
"Es nuestra culpa"
Bajo la administración del gobernador Phil Murphy, y la campaña Nurture NJ liderada por la primera dama Tammy Murphy, los funcionarios estatales han priorizado la salud materna y han comprometido tiempo y recursos significativos para reducir las muertes y las disparidades raciales. El estado ha extendido la cobertura de seguro a mujeres embarazadas, ha tomado medidas para expandir la fuerza laboral de salud materna y ha creado una autoridad gubernamental para sostener este trabajo cuando el gobernador deje el cargo.
Pero la relación entre la atención prenatal, el parto y el período posnatal (los meses posteriores al nacimiento, cuando se producen más de la mitad de todas las muertes maternas en todo el país y en Nueva Jersey) son inconsistentes, dijeron los expertos perinatales, lo que a menudo deja a mujeres como Austin solas para negociar las cuestiones médicas. La tasa de mortalidad materna en Nueva Jersey, donde nacen más de 90,000 bebés cada año, sigue siendo más alta que en Pensilvania, Nueva York y el promedio nacional, según los datos federales más recientes.
"Es muy fácil culpar a la víctima", afirma Mariekarl Vilceus-Talty, presidenta y directora ejecutiva de la Partnership for Maternal Child Health of Northern New Jersey (Asociación para la Salud Materno Infantil del Norte de Nueva Jersey), que brinda servicios de salud perinatal y coordina la atención adicional.
"Pero yo culpo al sistema al 100%", dijo. "Es culpa nuestra".
Austin "no tuvo la oportunidad de obtener la mejor atención", agregó Vilceus-Talty. "Si no las estamos preparando para que tengan un éxito del 100%, entonces hemos fracasado".
'No puedo asimilar esto'
Después de dar a luz a su primera hija, Elle, hace una década, a Austin le diagnosticaron un coágulo de sangre en la pierna, dijo Merritt. Este coágulo, una afección llamada trombosis venosa profunda, aumentó su riesgo de embolia pulmonar, que ocurre cuando el coágulo viaja y se queda atascado en los pulmones, interfiriendo con la respiración. El embarazo, que hace que la sangre se espese, también aumenta la presión sobre las venas, los pulmones y el corazón, dijeron los expertos.
Cuando quedó embarazada de Sevyn, Merritt señaló que Austin primero buscó atención de su médico habitual, pero cuando le dijeron que el médico no estaba dentro de la red de su seguro, dijo que cambiaron de proveedor. A Austin le recetaron un medicamento oral para reducir el riesgo de que el coágulo se desprendiera, relató, pero las pastillas le hacían sentir mal y no podía comer. "Por supuesto que tenía que comer", dijo Merritt, explicando por qué Austin dejó de tomar el medicamento. No está claro si los médicos consideraron extirpar quirúrgicamente el coágulo o si esa era una opción viable para Austin.
Cuando llegó el momento del parto, la pareja eligió el Centro Médico Cooperman Barnabas, en Livingston, considerado a menudo como una de las mejores opciones por las mujeres de Newark.
Merritt comentó que el parto aparentemente transcurrió sin problemas. Se fue a trabajar al día siguiente, pero dijo que el hospital colocó compresas mecánicas en las piernas de Austin, algo que los expertos dicen que es un tratamiento común para pacientes con riesgo de coágulos.
Cuando le dieron de alta, le dijeron a Austin que el coágulo estaba "estabilizado", indicó. Austin y la pequeña Sevyn tenían programado regresar para un control posparto aproximadamente dos semanas y media después. A Austin también le recetaron un medicamento inyectable para tratar el coágulo, que los expertos dijeron que probablemente era un anticoagulante vendido como Lovenox. Merritt afirmó que su pareja lo tomó todos los días, incluida la mañana en que murió.
"Todavía lo tengo en casa", señaló sobre el medicamento sobrante. "Pensé que el anticoagulante debería haber evitado" su muerte, dijo Merritt.
RWJ Barnabas Health, la compañía propietaria de Cooperman y casi una docena de otros hospitales en Nueva Jersey, se negó a hacer comentarios sobre el caso de Austin o discutir sus protocolos para un parto como el de ella. "El Centro Médico Cooperman Barnabas se compromete a abordar las desigualdades en la atención médica al brindar la más alta calidad de atención para nuestros pacientes y sus familias. Debido a las leyes de privacidad del paciente, no podemos brindar comentarios sobre pacientes individuales", dijo el hospital en una declaración a NJ Spotlight News.
'Me besó, besó a Sevyn y a Elle'
Austin regresó a su casa en su apartamento en Newark, donde vivía con Merritt y la madre de este, su hija Elle y ahora Sevyn. Dos semanas después, un domingo, dijo Merritt, Austin se despertó sintiéndose mal. Cuando la bebé estuvo tranquila, la animó a quedarse en la cama y se fue a trabajar, como lo hace siete días a la semana. "Le dije que se lo tomara con calma", señaló Merritt.
Cuando regresó algunas horas después, Austin se sentía algo mejor y estaba levantada y vestida, insistiendo en que tenía que ir a la tienda, relató Merritt. Ella le pidió que se quedara en casa con los niños. "Me besó, besó a Sevyn y a Elle y salió de la casa", dijo. "Eso fue todo".
Unos momentos después, Merritt dijo que su primo llamó desde la calle, diciendo que algo andaba mal con Austin. Cuando bajó las escaleras, Austin estaba sentada en el asiento del conductor de su auto, con dificultad para respirar y parecía estar teniendo una convulsión. Con la ayuda de su madre, Merritt comentó que bajaron el respaldo del asiento y su madre comenzó a realizarle respiración artificial. Austin recuperó la conciencia brevemente, pero se desmayó nuevamente, dijo, y su madre comenzó a aplicarle compresiones torácicas.
"Todo el tiempo estaba pensando, no puedo asimilar esto", dijo Merritt. Elle también había bajado las escaleras y estaba viendo la batalla para salvar la vida de su madre, contó Merritt. "Por más difícil que sea para mí, me siento muy mal por [Elle]", comentó.
Finalmente llegó una ambulancia. Los socorristas se hicieron cargo de las compresiones torácicas, dijo Merritt, y pronto llamaron a otro equipo que tenía un dispositivo mecánico para ayudar con la tarea. Austin fue trasladada al Hospital Universitario y colocada en una máquina de soporte vital y a la familia le dijeron que no tenía actividad cerebral y que no se recuperaría, según Harris, de la Perinatal Health Equity Initiative.
Dos días después, la familia de Austin tomó la decisión de interrumpir su atención. Ella murió en el Hospital Universitario el 23 de julio, como resultado de una embolia pulmonar. Su visita posparto estaba programada a solo unos días.
'Quiero que esto cambie para nuestra gente' La familia de Austin todavía está procesando la pérdida.
"Quiero que esto cambie para nuestra gente", dijo Merritt después de la vigilia en Newark. "Quiero que Dreeah sea el último nombre en la lista".
Harris considera que la muerte de Austin plantea preguntas sobre muchos aspectos de su atención, incluidos los medicamentos recetados al principio, el nivel de apoyo que recibió de los proveedores prenatales y los protocolos del hospital. Harris también se pregunta por qué la ambulancia que llegó primero no tenía todos los suministros necesarios para atender a Austin y le preocupa cómo se le informó a su familia sobre su muerte y la falta de servicios de apoyo que recibieron después.
Según algunos expertos, el estado médico de Austin como un embarazo de alto riesgo debió haber llevado a los médicos de Cooperman Barnabas a realizar una ecografía en su pierna para confirmar que el coágulo era estable. Los problemas cardiovasculares son la principal causa de muertes relacionadas con el embarazo en Nueva Jersey, según el análisis estatal, y representan casi una cuarta parte de las muertes registradas.
Solo su condición de mujer embarazada negra en Newark, donde los residentes tienen más probabilidades de sufrir de presión arterial alta, en comparación con las personas de todo el estado y el país, debería haber llevado a los proveedores médicos a prestar mucha atención, señaló Vilceus-Talty, de la Maternal Child Health of Northern New Jersey. La presión arterial alta también es un factor agravante de la trombosis venosa profunda, indicó.
Al momento de habérsele dado de alta, los expertos opinan que el personal de enfermería probablemente le aconsejó a Austin qué estuviera atenta a síntomas que incluyen dolor o hinchazón en la pierna, o dificultad para respirar, lo cuales podrían indicar que el coágulo era inestable. Algunos hospitales envían a las mujeres a sus casas con un folleto o un imán para el refrigerador en los cuales se describen señales de advertencia codificadas por colores para cuestiones como sangrado, ataque cardíaco o depresión posparto y explicaciones claras y detalladas sobre qué acciones deben tomar. La Perinatal Equity Initiative tenía esta información disponible durante la vigilia.
'¿Por qué no se estandariza esto?' Harris y Vilceus-Talty ambas dijeron que la tragedia subraya las brechas sistémicas que siguen existiendo en Nueva Jersey. También esperan que destaque los recursos que están disponibles para ayudar a las mujeres en el estado. La atención hospitalaria es una parte del panorama de la atención, señalan, pero los nacimientos saludables también dependen de una atención prenatal, posnatal y primaria de fácil acceso. Las pacientes también necesitan tener proveedores de atención médica en los que confíen y a los que puedan acceder fácilmente cuando surjan preguntas, dijeron.
"¿Dónde está el armazón diario para proteger a estas mujeres?", preguntó Vilceus-Talty.
Vilceus-Talty cree que una intervención que claramente podría haber ayudado a Austin es Family Connects NJ, una iniciativa financiada por el estado que envía una enfermera para visitar a los recién nacidos y a las madres en su hogar, que se lanzó oficialmente el año pasado y estará disponible en 11 condados a partir de enero. En el condado de Essex, el programa, que es gratuito para las familias y está disponible independientemente de los ingresos, el seguro o el estado migratorio, está supervisado por la Partnership for Maternal Child Health.
En el marco del programa, una enfermera de Family Connects controlará la salud de la madre y el bebé, responderá las preguntas de otros miembros de la familia y los conectará con servicios adicionales según sea necesario. Incluso si Austin no tuviera síntomas obvios, Vilceus-Talty señaló que la enfermera podría haber identificado el riesgo que representaba el coágulo y haber resaltado los posibles signos de peligro. Pero no todos conocen el programa o eligen participar.
"Estas son las cosas que se deben implementar. ¿Por qué no se estandarizan?", dijo Vilceus-Talty. "Necesitamos difundir el mensaje de que existen servicios".
Incluso con estas intervenciones, Vilceus-Talty y otros enfatizaron que no se puede salvar la vida de todas las madres. Otros señalan que Family Connects solo ofrece unas pocas visitas de enfermeras; las familias que necesitan más apoyo deben ser derivadas a programas separados que ofrecen servicios a más largo plazo.
"Puedes hacer todo absolutamente bien y aun así tener un mal resultado", dijo Vilceus-Talty.
'Pero no puedo ser su mamá' El impacto de la muerte de Austin repercute más allá de su familia inmediata. Elle, que acaba de cumplir 10 años, no quiere hablar de su madre, dijo Merritt. Debido a que Austin tenía la custodia parcial de Elle, desde entonces se ha ido a vivir con su padre biológico, un hombre que, dijo Merritt, no había sido una presencia constante en su vida hasta ahora.
Para empeorar las cosas, Merritt dijo que Elle todavía se está recuperando de la pérdida de los padres de Austin, sus abuelos, que murieron en los últimos dos años. En un corto período de tiempo, la niña "ha perdido a tres de las personas más importantes de su vida", señaló Harris.
La situación es difícil para Merritt, quien afirma que siente que "esa hija también es mía". También le preocupa cómo le explicará la muerte de Austin a Sevyn y cómo le irá a ella creciendo sin su madre. "Podría ser el mejor padre que pueda ser, el mejor papá del mundo", dijo en la vigilia. "Pero no puedo ser su mamá".
El efecto dominó de muertes como esta también persigue a Vilceus-Talty, quien piensa en el impacto en la comunidad, además de en la familia y los niños. "Esto tiene repercusiones a lo largo de las generaciones", señaló. "Hay muchas formas en que su vida se verá afectada en el futuro".
Esta traducción fue proporcionada por Reporte Hispano, en asociación con el Centro de Medios Cooperativos de la Universidad Estatal de Montclair, y cuenta con el apoyo financiero del Consorcio de Información Cívica de NJ. La historia fue escrita originalmente en inglés por NJ Spotlight News y se vuelve a publicar en virtud de un acuerdo especial para compartir contenido a través del Servicio de noticias de traducción al español de NJ News Commons.
This translation was provided by Reporte Hispano, in association with the Center for Cooperative Media at Montclair State University and is financially supported by the NJ Civic Information Consortium. The story was originally written in English by NJ Spotlight News and is republished under a special content sharing agreement through the NJ News Commons Spanish Translation News Service.
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